La transición de Colombia debe envolver tecnologías limpias rentables, aumentar el consumo de energía por habitante, adoptar una política de portafolio para desarrollar sus recursos energéticos, proclamar una política de apoyo al desarrollo del gas natural por las dos décadas siguientes, no deteriorar la capacidad productiva de las nuevas adiciones en capital en manufactura y equipos con tecnologías distantes de la frontera comercial en el lado de la demanda, no desmantelar activos que provean servicios esenciales y cuyo reemplazo sería muy costoso por unidad de GEI removida. Además, debe aumentar el fondeo para investigación y desarrollo en energía, estructurar fondos de financiación combinada, innovar en modelos de negocios y de atención de zonas no interconectadas, impulsar el aprovechamiento de la biomasa residual en los entornos rurales, y prepararse para la transición justa en regiones productoras de carbón térmico.
El articulado propone un impuesto al carbono y a las exportaciones extraordinarias de petróleo, carbón y oro, que podrían afectar a precios de energía
La nueva reforma tributaria presentada por Gustavo Petro a un día de haber tomado posesión de la Presidencia pretende recolectar $25,9 billones al año. Este Proyecto de Ley incluye una serie de modificaciones a tributos anteriores que impactarían a ciertos sectores. La segunda fuente con mayor peso en los ingresos como está planteado sería el impuesto a las exportaciones extraordinarias de carbón, petróleo y oro. Con la implementación de este, el Estado recibiría $5,87 billones.
El tributo busca gravar las ventas que se hacen al exterior. Sin embargo, para el consumo de los energéticos en el país, el articulado también propone una modificación a otro impuesto ya existente: el de carbono. Este abarcaría una gama más alta de energéticos, desde gasolina, Acpm, jet fuel, hasta gas natural.
En el caso del primero de los gravámenes expuestos, lo que propone la reforma es que una vez el petróleo, carbón u oro superen cierto umbral de precios, se le cobre un impuesto de 10% sobre el valor extra. Los umbrales son US$48 (barril), US$87 (tonelada) y US$400 (onza troy) respectivamente.
Los cálculos del Ministerio de Hacienda, liderado por José Antonio Ocampo, es que con los precios actuales (8 de agosto) de cada uno de los productos, la sobretasa efectiva sería de 4,6% en crudo; 7,6% en carbón y 7,8% en oro.
Rodolfo Anaya, presidente de Vanti y presidente del Consejo Directivo de Naturgas, destaca la iniciativa del Gobierno en términos de transición energética y cuidado del medio ambiente. “Este articulado busca gravar a los combustibles más contaminantes, como el carbón, que no había quedado gravado en la anterior reforma. En el caso del gas es para algunos usos”, dice Anaya.
Con la modificación, por ejemplo, el valor que se tendría que pagar por cada galón de gasolina sería de $181. Esto representa un incremento de $23 frente al valor que se pagaba anteriormente (usando el valor de referencia para Bogotá). En el caso del Acpm, el impuesto es $208 por galón, $36,1 adicionales, teniendo en cuenta como referencia también a la capital. Esta tarifa tendrá un ajuste cada 1 de febrero que será el IPC+1, hasta que alcance las 3 UVT por kilo. Sobre este punto, María Paula Sánchez directora del Área de Aduanas de Posse Herrera Ruiz, señala que esto encarece la cadena de comercialización de combustibles fósiles “que siguen siendo fundamentales en la matriz energética nacional”. Considera que este es un reto del Gobierno para evitar que haya efectos en precios de servicios públicos.
Para el caso del carbón, por cada tonelada se deben pagar $52.215 y tendrá una implementación gradual, de forma que en 2028 pague la totalidad.
“Estas cargas se verán reflejadas en el incremento de los costos de producción de la pequeña minería, así como de los precios de productos básicos como la energía, el cemento, el ladrillo, el vidrio entre otros”, asevera Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón. Manifestó que tendrá un efecto directo en la competitividad del sector tanto para el caso del carbón térmico como para el coque usado en procesos industriales.
Por su parte, Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes y experto en energía, destaca que 9% de la energía se produce con carbón, con lo que un incremento afectaría el precio de este servicio a los consumidores.
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Según Sergio Cabrales, experto en petróleo y profesor de la Universidad de los Andes en Colombia, indicó que cuando los precios del crudo tienden a revertirse a su costo marginal ponderado o break even, que es alrededor de US$60 por barril, ese precio se calcula utilizando modelos mean reversion e indican que por arriba de ese precio existen incentivos para explorar y producir más petróleo.
o En cinco años, la producción de petróleo caería 47% y la de gas natural 27%. o Importaciones de gas a partir de 2026 y de petróleo desde el 2028. o Aumentarían los precios de los combustibles y la factura de gas de los hogares debido a las importaciones. o Riesgo en el respaldo del gas requerido en la generación eléctrica con fuentes renovables para mitigar sus intermitencias; y para los programas de gas social y sustitución de leña (1 millón dehogares). o Podría presentarse desequilibrio fiscal y comercial del país
Expertos aseguran que la inversión debe continuar, además del estudio de la viabilidad del fracking para garantizar la autosuficiencia
Según sus cálculos, en el año 2024 se lograría la mayor cantidad de reservas, pues entre posibles (104.000), probables (173.000) y probadas (682.000) habrá un total de 959.000 kbpd. A partir de este año habría una declinación en el número de reservas, en menos de una década, en el año 2031, habría 383.000 kbpd.
Sergio Cabrales, experto en petróleo y docente de la Universidad de los Andes, aseguró que el punto máximo de reservas en los años 2024 y 2025 estará supeditado a que los precios del crudo se mantengan en niveles superiores a US$80 o US$100 . “Las reservas tienden naturalmente a disminuir por la producción, que puede reducirlas en 270 millones anualmente”, dijo.
Cabrales también mostró optimismo por el incremento de las reservas en caso de que el fracking sea aprobado: según sus estimaciones, la explotación de estos yacimientos podría generar 8.000 millones de barriles de crudo para garantizar la autosuficiencia del país durante un par de décadas.
Armando Zamora, director de la ANH, afirmó que se espera que los pilotos de fracking se reactivan este mes. El funcionario destacó que las reservas podrían triplicarse en caso de que el procedimiento de extracción sea aprobado. “Si los pilotos salen bien, y se demuestra su seguridad, el país puede rápidamente aumentar la producción a un millón de barriles”, dijo. Los expertos aseguran que en el escenario más ambicioso habría 40% de hidrocarburos en el total de la matriz energética para el año 2050.