Desde que se inició el gobierno del presidente Gustavo Petro, la importación de gas natural desde Venezuela ha estado sobre la mesa como una alternativa. Tanto así que en noviembre del año pasado Ecopetrol confirmó que comenzarían en diciembre de 2024, aunque Ricardo Roa ahora habla de inicios de 2025.
Sin embargo, Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes y experto en el sector de hidrocarburos, asegura que no es prudente confiar y dejar la seguridad energética asociada al gas natural a Venezuela. “Desde el aspecto técnico y jurídico, no es posible hacerlo en el corto plazo”, agrega.
Además, señala que se debe tener en cuenta que se requiere hacer una millonaria inversión para reparar y poner a punto el gasoducto Antonio Ricaurte, que es propiedad de Pdvsa, pues actualmente se encuentra deteriorado debido a saqueos, válvulas ilícitas, robo de partes de la tubería y años sin servicio de vigilancia ni mantenimiento.
Adicionalmente, Sergio Cabrales destaca que la importación de gas natural no genera regalías, impuestos de renta ni empleo para los colombianos, pero cuando se extrae en territorio colombiano sucede todo lo contrario.
“Aunque el gasoducto ha estado inactivo durante ocho años y la producción de gas en Venezuela ha sido limitada, el principal desafío sería depender de Venezuela para satisfacer las necesidades de importación colombianas”, agrega.